domingo, 1 de marzo de 2009

(¯`•¸·´¯) «anтeѕ» verѕυѕ «deѕÞυéѕ» (¯`·¸•´¯)

Lloro por CO-BAR-DE,

lloro de impotencia, deHAS-TÍ-O...


` El antes siempre será creyente y optimista a más no poder, como en lo soñado, sensual y hermoso... será perfecto. Además, siempre será esta vez (tiene que ser) y si no la próxima seguro. Y así una y otra vez por los siglos de los siglos...

q El después siempre será el jarro de agua fría, como el despertar, mordaz y corrosivo... será implacable.
Y así, esta pasión (inducida por un deseo contenido eternamente) seguirá creciendo y creciendo por los siglos de los siglos...



Descartes afirmaba que las pasiones pertenecen al alma pero que se originan en el cuerpo, decía que el deseo es una pasión única (dentro de las seis pasiones primarias que él distinguía) y que su particularidad es ser unitaria, atender al futuro, mirar hacia adelante..., es creyente.

[…] es preciso observar que el principal efecto de todas las pasiones en los hombres es que incitan y disponen su alma a querer las cosas para las cuales preparan sus cuerpos; de suerte que el sentimiento del miedo incita a huir, el del valor a luchar y asi en otros casos. La voluntad y la razón no pueden incidir sobre ellas, lo único que se puede hacer es dilatar la respuesta si uno esta tomado por la pasión [...]

*R. Descartes*

Descartes creía en una radical oposición de las pasiones y la razón (edifica la idea de pasión como esclavitud). Con Hume esta división arbitraria desaparece (la razón es esclava de los deseos) y con los románticos se produce un verdadero vuelco: las pasiones elevan y afirman el alma.



Nietzsche consideraba que la pasión puede a veces ser una liberación benéfica, la de nuestra personalidad profunda y sus riquezas, aplastadas por la censura del yo social y razonable. En la pasión, el hombre se encuentra y afirma lo que es.


Los valores tradicionales representados por el cristianismo someten a las personas más débiles a una "moralidad esclava", que no provoca más que un estado de resignación y conformismo hacia todo lo que sucede a su alrededor.


Para él, esos valores tienen que desaparecer para que así aparezcan otros nuevos que representen su prototipo de hombre ideal, al que él mismo llamó superhombre. Ese súperhombre es seguro, independiente e individualista y no se deja llevar por la multitud, al contrario de las personas débiles que sólo se dejan llevar por las tradiciones y las reglas establecidas.

Este superhombre no cree en lo que prometen las religiones después de la muerte, él sólo cree en lo real y en lo que puede ver. Es un ser que, ante todo, razona; aunque eso no quiere decir que no sienta. Este superhombre se deja llevar por sus pasiones y sus sentimientos.



Con esto, Nietzsche contradice totalmente a Platón y a Sócrates, los cuales consideraban necesario el control de las pasiones. Señala a Sócrates como el culpable de la moral de rebaño de la Sociedad Occidental.

El superhombre es el sentido de la Tierra. Que vuestra voluntad diga: que el superhombre sea el sentido de la Tierra.

*F. Nietzsche*


i Dicen que las pasiones con el tiempo se van apagando,

pero mi pasión es como el que nos calienta y que, como él, nunca muere.

Que se esconde tras la montaña o se sumerge en el gran azul

y que al día siguiente emerge con la misma fuerza, así como mi pasión.


w Como dice mi querido Eloy, hoy no y a lo mejor mañana tampoco, pero sé que , tarde o temprano, ...

... ¡ja me maaten!

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