martes, 23 de septiembre de 2008

¡LUchΔ! ... L♂s OJeådOres de Måηs♂s Ţe åcechåη

El País semanal

TRIBUNA: MARUJA TORRES
Tragar o no



MARUJA TORRES 18/11/2007

Algunos asuntos no cambian nunca. Mudan de barba, se adornan con hallazgos tecnológicos, tratan de convencernos de que, con la aparición de nuevas apariencias, desapareció su sentido u objetivo. Pero con IPod o sin IPod, con WiMax o con Wi-Fi, con blog o con wiki, a 2 megas o a 70 megas, lo que importa sigue siendo lo mismo. A los veinte, a los cuarenta, a los sesenta años. Aceptar sin crítica. Pasar por uvas. Tragar.
Decir "sí" o decir "no".
Dejarse machacar o intentar resistir.
Es algo que tarde o temprano se presenta siempre en la vida de una persona, no importa la época por la que le haya tocado transitar. Y que persiste en asomar de tanto en tanto. A quien acepta el pacto a la primera suele hacérsele más sencillo aceptar lo que sigue. Quien se niega tiene que arrastrar las consecuencias y prepararse para la siguiente escaramuza. Hay gente sumamente heroica que defiende sus principios en las más difíciles condiciones; y muchos que no se lo pueden permitir, pero que se las apañan para apoyar a quienes podrían conseguirlo. Los hay que señalan de antemano a quienes adivinan como rebeldes potenciales: son los ojeadores de mansos.
Pero los hay que ven al enemigo. Y entonces se sienten como noqueados por un mazazo que, sin embargo, les hace despertar. Casi siempre se despierta a la madurez social a golpes de "no".
Mi joven amiga -llamémosla Laura- trabaja en una universidad privada dedicada a la formación de ejecutivos, como profesora de una de las pocas asignaturas de humanidades que restan, que además es optativa. Es una persona educada en el esfuerzo de aprender y el de enseñar, con un nivel de exigencia muy alto que le inculcaron desde niña su familia y las instituciones públicas en las que se formó. Su paso por la privada, como trabajadora, es provisional -así son los tiempos: lo primero que no eliges libremente es el empleo-, pero su insobornable sentido de la ética le hace mantener con sus alumnos la altura de miras que mamó en la enseñanza pública. Hace poco, la responsable de su área la llamó a su despacho y le dijo que había observado en sus clases un exceso de celo por su parte. Demasiado severa con las calificaciones, demasiadas tareas para casa. Mi amiga, prudente, no replicó que en dicha universidad cobran demasiado a los alumnos, aunque paguen poco a los profesores, y que lo menos que puede hacer a cambio es proporcionarles un bagaje sin fisuras en la materia por la que han optado.
-Pero, querida -la otra ofrecía esa sonrisa ronroneante que suele caracterizar a las mujeres que confunden el trabajo que ejecutan con el primer ataque de Tiburón-. ¿Quieres ahuyentar a nuestra clientela? Es del todo imprescindible que reduzcas tus expectativas.
Lo que noqueó momentáneamente a mi joven amiga, hasta el punto de que el mensaje principal tardó unos cinco minutos en inundar su mente, fue el empleo de la palabra "clientela" en sustitución de "alumnado".
Por la noche me telefoneó y estuvimos hablando hasta las tantas. Para entonces ya sabía lo que le habían pedido:
-Quieren que me adapte a las leyes del mercado, porque lo que les interesa es que los alumnos no se vayan a la competencia.
Ni ella ni yo -la conozco y la quiero por eso- discutimos ni por un momento la posibilidad de que le siguiera la corriente a Tiburón. Pero desde mi edad y experiencia le dije:
-Bienvenida al mundo real. Éste es el rostro que aparecerá ante ti en determinados momentos del futuro. El rostro de quienes te querrán someter de una manera u otra, por una razón u otra. Los mediocres que cortan el tallo de las rosas más altas, los desgastadores de codos que detestan tu forma iconoclasta de trabajar, los simples envidiosos y, por encima de todo, el Sistema, que expulsa a los diferentes y aprieta filas en torno a los mediocres.
-Eso es horrible.
-No, si lo sabes y abres en tu interior una parcela infranqueable en la que te prepares para la lucha.
Le dije que casi siempre ganan los otros, pero que son los resistentes, fracasados o no, los que mejoran el mundo.
Con pixels o sin pixels. Así de crudo.





There's something wrong with me, besides melancholy...
And it's too late when this happens,
and there's nothing worst than
a too late...

lunes, 22 de septiembre de 2008

† L☮st S☮uls Emergency Ward †



" Ese concepto, abstracto hasta la medula, es imposible de ser descrito directamente. Para hacerlo tengo que dar un rodeo por su sombra.Vaya entonces la definición: “Felicidad es estar cada día menos angustiado”.

Para lo cual puedo intentar dar algunos consejos sin ser tachado de iluso:


1.Cuando dudes de actuar, siempre entre “hacer” y “no hacer” escoge hacer. Si te equivocas tendrás al menos la experiencia.


2. Escucha más a tu intuición que a tu razón. Las palabras forjan la realidad pero no la son.


3. Realiza algún sueño infantil. Por ejemplo: si querías jugar y te hicieron adulto antes de tiempo, ahorra unos 500 euros y ve a jugarlos a un casino hasta que los pierdas. Si ganas, sigue jugando. Si sigues ganando, aunque sean millones, sigue hasta que los pierdas. No se trata de ganar sino de jugar sin finalidad.


4. No hay alivio más grande que comenzar a ser lo que se es. Desde la infancia nos endilgan destinos ajenos. No estamos en el mundo para realizar los sueños de nuestros padres, sino los propios. Si eres cantante y no abogado como tu padre, abandona la carrera de leyes y graba tu disco.

5. Hoy mismo deja de criticar tu cuerpo. Acéptalo tal cual es sin preocuparte de la mirada ajena. No te aman porque eres bella. Eres bella porque te aman.


6. Una vez a la semana, enseña gratis a los otros lo poco o mucho que sabes. Lo que les das, te lo das. Lo que no les das, te lo quitas.


7. Busca todos los días en el diario una noticia positiva. Es difícil encontrarla. Pero, en medio de los acontecimientos nefastos, siempre, de manera casi imperceptible, hay una. Que se descubrió una nueva raza de pájaros; que los cometas transportan vida; que un nene cayo desde un quinto piso sin dañarse; que la hija de un presidente intento suicidarse en el océano y fue salvada por un obrero del cual se enamoro y se casaron; que los jóvenes poetas chilenos bombardearon con 300.000 poemas, desde un helicóptero, a La Moneda, donde fue eliminado Allende, etc.


8. Si tus padres abusaron de ti cuando pequeño/a, confróntate calmadamente con ellos, en un lugar neutro que no sea su territorio, desarrollando cuatro aspectos: “Esto es lo que me hicieron. Esto es lo que yo sentí: Esto es lo que por causa de aquello ahora sufro. Y esta es la reparación que pido”. El perdón sin reparación no sirve.


9. Aunque tengas una familia numerosa, otorgate un territorio personal donde nadie pueda entrar sin tu permiso.


10. Cesa de definirte: concédete todas las posibilidades de ser, cambia de caminos cuantas veces te sea necesario. "


*A. Jodorowsky*




Felicidad en Herat



Vine aquí

como escribo estas líneas,

sin idea fija:

una mezquita azul y verde,

seis minaretes truncos,

dos o tres tumbas,

memorias de un poeta santo,

los nombres de Timur y su linaje.



Encontré al viento de los cien días.

Todas las noches las cubrió de arena,

acosó mi frente, me quemó los párpados.

La madrugada:

dispersión de pájaros

y ese rumor de agua entre piedras

que son los pasos campesinos.

(Pero el agua sabía a polvo.)

Murmullos en el llano,

apariciones

desapariciones,

ocres torbellinos

insubstanciales como mis pensamientos.

Vueltas y vueltas

en un cuarto de hotel o en las colinas:

la tierra un cementerio de camellos

y en mis cavilaciones siempre

los mismos rostros que se desmoronan.

¿El viento, el señor de las ruinas,

es mi único maestro?

Erosiones:

el menos crece más y más.



En la tumba del santo,

hondo en el árbol seco,

clavé un clavo,

no como los otros,

contra el mal de ojo:

contra mí mismo.

(Algo dije:

palabras que se lleva el viento.)



Una tarde pactaron las alturas.

Sin cambiar de lugar

caminaron los chopos.

Sol en los azulejos

súbitas primaveras.

En el Jardín de las Señoras

subí a la cúpula turquesa.

Minaretes tatuados de signos:

la escritura cúfica, más allá de la letra,

se volvió transparente.

No tuve la visión sin imágenes,

no vi girar las formas hasta desvanecerse

en claridad inmóvil,

el ser ya sin substancia del sufí.

No bebí plenitud en el vacío

ni vi las treinta y dos señales

del Bodisatva cuerpo de diamante.

Vi un cielo azul y todos los azules,

del blanco al verde

todo el abanico de los álamos

y sobre el pino, más aire que pájaro,

el mirlo blanquinegro.

Vi al mundo reposar en sí mismo.

Vi las apariencias.

Y llame a esa media hora:

Perfección de lo Finito.



*Octavio Paz*